domingo, 30 de mayo de 2010

El paso del Tiempo según Calero




Coger una piedra. Envolverla en papel. Plantarla en la tierra. Esperar 22 días a que “germine” y recoger el fruto.
Sí, habéis leído bien.
Esta es una de las formas que emplea el artista Ricardo Calero para plasmar su incertidumbre y reflexiones sobre el arte y la sociedad actual. Pero no es la única.


“Grabado…tiempo” es una selección de obras de Ricardo Calero que muestran el trabajo desarrollado por el autor durante las últimas décadas en la experimentación sobre el grabado.
Dicha muestra, de las que los zaragozanos podrán disfrutar hasta el próximo 13 de junio si se acercan al Edificio Paraninfo, se divide en dos bloques temáticos. Por un lado, 'Grabada luz, continuidad de un proyecto inacabado' se subdivide a su vez en dos apartados: “Disparate interior” y “Disparate exterior”.
El primero de ellos es un homenaje a la figura de Francisco de Goya. Contiene las series realizadas por Calero a raíz de un encargo del Museo del Grabado de Fuendetodos, para que reinterpretara “Los Disparates” originales de Goya. El resultado ha sido un conjunto de 22 grabados (disparos a una lámina de papel realizados por la Guardia Civil) que reflejan la violencia de estas cuatro últimas décadas.

El “Disparate Interior” versa sobre el absurdo de la tierra, el problema de los territorios y las fronteras… Un proceso que Calero ha recreado a través de la “sedimentación gráfica en la tierra”. Estos “papeles que documentan la acción del tiempo” se presenta por primera vez en la capital aragonesa, mediante la instalación 'Aprendiendo, siempre aprendiendo': un conjunto de piedras envueltas en papel se distribuyen por la sala, indicando que la reflexión está inacabada y que el análisis continúa.
El segundo bloque temático de la exposición es 'Tiempo y luz', una selección de obras y acciones relacionadas con el grabado que Ricardo Calero ha ido realizando a lo largo de su trayectoria y que muestran las claves del proceso de evolución de su trabajo creativo.
En el recorrido, a través del centenar de obras que configuran la muestra, no solo encontramos los citados grabados e instalaciones (casquillos de la munición utilizada, por ejemplo), sino también un amplio catálogo fotográfico que documenta el proceso creativo de Calero y que por tanto forma parte de la obra artística en sí misma.
El silencio, el vacío, la nada, y ahora el paso del tiempo son conceptos que Ricardo Calero adopta como propios a la hora de desarrollar sus proyectos como escultor, dibujante, grabador o fotógrafo.
M.P.S.P

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